Era viernes a las seis de la tarde y sabiendo que necesitaba quedarme a trabajar hasta la noche, decidí acudir al local de Subway, que está en la planta baja de nuestro edificio (@3 de ZONAMERICA) en busca de un par de medialunas rellenas.
Mientras esperaba que me atendieran, pude notar que si bien no había a la vista ninguna ya preparada, más atrás, desde dentro de una caja plástica, asomaba lo que sin dudas era una bolsa conteniendo unas cuantas medialunas. Lo peor que podía pasar, me dije, era que tuviera que esperar a que me las rellenaran. Pero claro, si la vida fuera tan simple, no estaría escribiendo este artículo.
— Dos medialunas rellenas para llevar, por favor — le dije al muchacho que me atendió.
— No, no me quedan.
Hmm... ¿quizá no sabía de la bolsa que yo estaba viendo detrás de él? ¿Tal vez sabía pero prefería mentirme para no tener que rellenarlas? Veamos:
— ¿Qué es lo que hay en aquella bolsa? — con mi mejor cara de inocente.
— Er... bueno sí, medialunas, pero no te puedo vender — con cara de total desconsuelo.
A continuación se lanzó a explicar algo que en mi perplejidad fui incapaz de comprender pero que hablaba de cantidades semanales, cantidades por día, y no sé qué otras cosas. Intenté cortar camino:
— Decime, ¿no podés simplemente agarrar dos medialunas de aquella bolsa, rellenarlas, y vendérmelas?
— No. Te entiendo... pero no, no te las puedo vender — y doy fe de que por su cara realmente entendía lo absurdo que era todo esto.
— ¿Y entonces esas medialunas para qué son?
— Son para vender mañana — ¡Plop!
Comprendí que toda argumentación adicional era en vano. En el fondo, guardo la esperanza de que realmente exista una razón lógica por la cual Subway prefiere no vender medialunas un día, para así poder vender medialunas viejas al siguiente, y deseo de todo corazón, que algún día alguien pueda explicármelo. Mientras tanto, me confieso incapaz de comprenderlo. ♦
1 comentario:
Otra cosa, las medialunas no son como las de la foto !!!
Estaría bueno que así fueran ;)
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